L’Oréal anuncia el desarrollo de un envase de tubo de papel para cosméticos junto a la empresa Albéa

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L’Oréal y Albéa, empresa especializada en soluciones de pakcaging sostenible para productos de belleza, están desarrollando el primer tubo de cartón para envasar productos cosméticos, en el que el plástico se reemplaza por un material similar al papel certificado de base biológica.

Esta innovación pretende ser una solución alternativa a algunos tipos de envases cosméticos y sus beneficios medioambientales se evaluarán mediante un análisis de ciclo de vida teniendo en cuenta múltiples criterios.

La iniciativa forma parte de la política de envases sostenibles que L’Oréal lanzó en 2007 como parte de su compromiso de que para 2025 todo el packaging hecho con plástico sea recargable, reciclable o compostable y el 50 por ciento provenga de materiales reciclados.

Esta solución de tubos de papel se lanzará al mercado en la segunda mitad del 2020 y es un ejemplo de cómo la colaboración entre marcas finales y expertos de la industria del packaging es esencial para desarrollar las mejores innovaciones.

“Desde 2007 hemos estado mejorando constantemente la huella medioambiental de nuestros envase –explica Philippe Thuvien, vicepresidente de Packaging y Desarrollo de L’Oréal–. Hoy vamos un paso más allá y lanzamos esta nueva tecnología basada en papel certificado. Nuestro objetivo es crear un nuevo envase de tubo de papel para nuestros envases cosméticos. L’Oréal está comprometida a mejorar el perfil medioambiental o social de sus envases para finales de 2020. Esta solución alternativa e innovadora es una parte integral de la estrategia de packaging del Grupo”.

Por su parte, Gilles Swyngedaw, vicepresidente de Responsabilidad Social Corporativa, Innovación y Marketing de Albéa, explica que “el compromiso de Albéa con la sostenibilidad se remonta a 15 años atrás y se refleja en nuestra amplia gama de envases responsables”. Su ambición, explica, es “acelerar el desarrollo de soluciones innovadoras y responsables”, atreviéndose a “romper los códigos y buscar los últimos avances”. Y concluye: “Solo a través de la colaboración con los clientes y socios podremos inventar envases seguros que favorezcan la economía circular y que tengan el mínimo impacto, como demanda el sector de la belleza”.