La tasa de reciclaje de papel en España supera a la media europea en 12 puntos

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El reciclaje está en el ADN del papel y el cartón y cierra el círculo de una industria que se adapta como pocas a los paradigmas de la economía circular: no solo porque sus productos son reciclables, sino también por la posibilidad de garantizar el origen sostenible de su materia prima.

Avanzar en el reciclaje y en el uso sostenible de las materias primas es un objetivo de la industria y en España podemos estar satisfechos con los resultados obtenidos hasta ahora: la tasa de reciclaje se encuentra en el 74 por ciento, 12 puntos más que la media europea. Son datos de la quinta edición de la Memoria de Sostenibilidad del Sector Papel que publica ASPAPEL cada tres años y que cubre el periodo 2015-2017.

De esta memoria se extrae también que la tasa de recogida (el papel que se recoge para reciclar en porcentaje sobre el consumo total de papel) se sitúa en España en los años analizados en torno al 72 por ciento, una tasa similar a la media europea.

reciclaje

En los tres años que analiza esta memoria se ha mantenido la tendencia al alza en la recogida de papel para reciclar que se inició en 2014, así como la recuperación del consumo de papel. En estos tres años se ha pasado de 4,44 millones de toneladas en 2014 a 4,56 millones de toneladas recogidas en 2017.

Un proceso circular

Al final de su vida útil, los productos de papel se recogen para ser reciclados a través de dos vías: la recogida selectiva municipal (contenedor azul, puntos limpios y puerta a puerta comercial), que supone el 20 por ciento del papel y cartón recuperado; y la recogida que realizan operadores privados en grandes superficies de distribución, industrias, imprentas, etc. que supone el 80 por ciento restante.

Todo este papel y cartón va a los almacenes de las empresas del sector de la recuperación, donde es clasificado, acondicionado y enfardado según lo establecido por la norma UNE-EN643. Finalmente, las fábricas de papel compran este papel y cartón y lo reciclan, utilizándolo de nuevo como materia prima para fabricar papel y cartón reciclado que vuelve de nuevo al consumidor final.

En este proceso, el papel doméstico es donde existe mayor margen de mejora, ya que la tasa de recogida se sitúa en el 60 por ciento, mientras que en las grandes superficies, imprentas, industrias… esta tasa roza el 100 por cien.